Estructura de un disco duro
Un disco duro es una colección de discos
conocidos como platos (platters) y una o más cabezas móviles de
lectura-escritura, que guardan y leen información. Lógicamente los
platos tienen anillos concéntricos llamados pistas (tracks), que son
divididas en sectores (sectors) y cada sector almacena una pequeña
cantidad de información.
Los platos tienen una delgada capa
protectora que está diseñada para proteger los datos de ser
accidentalmente dañados por el cabezal de lecto-escritura, polvo u otros
contaminantes.
Head Crashes
Uno de los daños más catastróficos que
puede sufrir un disco duro es el llamado HEAD CRASH. El cabezal de
lectura-escritura se encuentra trabajando a una distancia micrométrica
de la superficie de los platos, que a su vez se encuentran girando a
velocidades de entre 5,200 y 15,000 revoluciones por minuto. Si una
partícula de polvo traspasa el filtro de aire y se atora en el cabezal
puede ocasionar un rayado que impida la lectura de los datos.
De igual forma, si la computadora o el
disco son golpeados, el cabezal puede chocar con el plato. Esto puede
dañar los sectores y el cabezal, destruyendo completamente el disco
duro.
Desgaste por uso
Los sectores se dañan también por otras
causas menos aparentes. El calor excesivo, la oxidación, daños por humo,
gases o polvo fino tambien ocasionan un gran numero de fallas. Un
sector no tiene que ser completamente ilegible para ser considerado
“malo”. Algunas veces es simplemente lento o difícil de leer, haciendo
que el acceso a los datos sea incompleto o defectuoso.
Los discos duros típicamente vienen de
fábrica con un numero de sectores dañados y sectores extras (spare
sectors) para suplirlos “al vuelo”, de modo que el usuario no nota la
sustitución.
Fallas de diseño
En ocasiones los discos duros esconden
vicios de origen o fallan después de determinado tiempo de uso. Por
ejemplo, es bien conocido el caso de algunos discos que integraban una
cubierta protectora en los platos internos. Después de determinado
tiempo de uso, esta cubierta se despega en forma de pequeñas hojuelas,
lo que ocasiona sectores dañados y eventualmente puede llegar a causar
fallas en el cabezal de lectura.
Cuando el equipo comienza a dar avisos
de falla en los sectores, significa que el problema es serio. En un
estudio llevado a cabo en mas de 100,000 discos (publicado por Google),
se encontró que los discos que presentan alertas (de Scandisk), son 39
veces más propensos a fallar gravemente que aquellos que no presentan
estos avisos.
Si sabes que tu disco tiene sectores dañados no lo pienses más, respalda tus datos y cambia el disco duro.
Fuente: Recuperacion de Datos
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