Llevamos muchos años ampliando la capacidad de almacenamiento de
nuestros móviles mediante tarjetas MicroSD, y Samsung cree que es la
hora de un nuevo estándar. Se llama UFS, y no le faltan encantos. De
hecho, lo más curioso es que probablemente muchos de vosotros ya la
habéis utilizado sin daros cuenta.
Las memorias IFS, soldadas a placa, son las memorias internas de
terminales como el Samsung Galaxy S6 o S6 Edge. Lo que la coreana ha
hecho ha sido convertir ese tipo de memoria a un formato extraible.
En cuanto a sus características, comencemos por la mala noticia, y es
que pese a su parecido con las tarjetas MicroSD, no son compatibles
entre sí sencillamente porque los contactos no coinciden. Si el
smartphone tiene ranura IFS no podrá funcionar con MicroSD y viceversa.
Salvando eso, tiene un par de ventajas. La principal es la velocidad
de lectura y escritura. Según Samsung, la memoria UFS es cinco veces más
rápida que la media de las MicroSD, con una velocidad de 530MB/s (puede
leer una película HD de 5GB en apenas 10 segundos. En cuanto a
escritura, supera ampliamente las MicroSD más rápidas (modelos como las
Sandisk Extreme Pro de 100MB/s) y eleva esa cifra hasta los 170MB/s. En
otras palabras, será especialmente útil para su uso en cámaras
fotográficas de elevada resolución, drones, o para grabar vídeo 4K y
tomar fotos en ráfaga.
Las UFS cuentan con la certificación de rendimiento y consumo de la
Universal Flash Storage Association, pero eso no quiere decir que vayan a
triunfar automáticamente. Sony trató de hacer la misma jugada con sus
Memory Stick y nunca logró imponerse a otros formatos universales. Eso
sí, si una firma tiene músculo financiero y de marketing para imponer un
nuevo formato, esa es Samsung. Habrá que esperar a ver si el resto de
la industria acepta las UFS.
Fuente: Samsung
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