domingo, 11 de marzo de 2012

Que es el Códigos QR, escanea el futuro

Este extraño dibujo que tenéis encima del texto es el código QR . Su nombre responde a las siglas en inglés de Quick Response Barcode -código de barras de respuesta rápida- y no es más que un código de barras bidimensional o una matriz de puntos creado por la empresa japonesa Denso Wave -por cierto, subsidiaria de Toyota- allá por 1994.

 
Este codigo permite el acceso a la Wikipedia en su versión en castellano.

 Cada código tiene siempre una característica definitiva respecto a otros: el emplazamiento en las esquinas de los tres cuadrados grandes le permite al lector conocer cuál es su posición. Su nacimiento tenía como objetivo un modo más sencillo para almacenar y encontrar repuestos en el área de fabricación de vehículos -Toyota es a día de hoy el segundo fabricante mundial y fabrica cada año más de ocho millones de unidades para todo el planeta-. No obstante, su eficiencia hizo que pronto fuera adoptado como un sistema ideal para la realización de inventarios y la gestión de información en multitud de empresas.

Sin embargo, el motivo de que estos singulares símbolos lleguen a nuestras páginas son su éxito entre los dispositivos móviles (sobre todo teléfonos) gracias a la inclusión de softwares que permiten descifrarlos. La masificación de estos terminales así como las enormes posibilidades de empleo en materias relacionadas con los consumidores ha hecho que, por ejemplo, en Japón sean ya el lenguaje bidimensional más empleado.
 
Tal es su éxito que cada vez son más los anuncios publicitarios o las tarjetas de visita en el país del sol naciente que incluyen uno de estos códigos para identificar a una persona, empresa o producto. ¿El motivo? Con sólo escanearlo se puede implementar en el terminal toda la información necesaria sin tener que rellenar tediosamente los campos de nombre, empleo, email, etc...
Por cierto, el código de los QR es abierto y los derechos de patente de Denso Wave no son ejercidos, algo que también ha ayudado a su rápida estandarización en todo el mundo.
La información que se puede almacenar en uno de estos pequeños códigos es muy diversa y de su naturaleza depende el número de caracteres totales del mismo: hasta 7.089 si el contenido es sólo numérico; 4.296 si es alfanumérico; 2.953 bytes de código binario y hasta 1.817 sinogramas japoneses Kanji o silabarios Kana.
Pero su enorme éxito no sólo está radicado en la tecnificada sociedad nipona. La empresa estadounidense Skanz presentó en un congreso de productos electrónicos en Nueva York hace poco más de medio año una pulsera de plástico adornada con códigos QR. Una vez escaneadas las pulseras por los smartphones de otras personas las pulseras, previamente programadas, mostraban datos de los portadores: "en toda la tarde, nadie intercambió una tarjeta de visita. En su lugar se escaneaban el brazalete unos a otros", según explicaba en El País Tammy Lewis, jefe de marketing de QR Media.
El nuevo sistema es la evolución -más allá de revolución- del hipervínculo que hizo crecer la red en los años 90. Sin embargo, a diferencia de otros fenómenos como las redes sociales o los dispositivos "i" de Apple, los códigos QR están viviendo un éxito exageradamente dispar en cada país. En Corea, por ejemplo, la cadena de supermercados Tesco Home Plus empapeló varias paradas de autobús de la capital con carteles que emulaban las estanterías de sus supermercados. Cada usuario podía leer los productos que necesitaba con la seguridad de recibirlos en su domicilio en cuanto llegara a casa: las ventas subieron un 130%. En el Estado, el de la UE con más smartphones (un 49% de los móviles y el 70% de ellos con acceso a internet) las agencias coinciden que la implantación está siendo más lenta. ¿El problema? Muchas veces sólo nos llevan a la web de la marca del anuncio y ésta ni siquiera está preparada para móviles. Aún así, como casi todo, llegarán para quedarse.

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